lunes, 27 de julio de 2009

Contra ESADE y sus negociadores sindicales.

Los viejos sindicalistas no olvidan

ENRIC COMPANY 01/05/2008

http://www.elpais.com/articulo/cataluna/viejos/sindicalistas/olvidan/elpepiespcat/20080501elpcat_26/Tes/

Texto al final del post.

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o. Una apologia a Esade, a la patronal. Una apología jesuítica, dejando el titulo para los sindicalistas, a quienes les aplaude, los caramela, para luego dejar claro lo eficiente de ESADE, que inclusó formó a buenos sindicalistas. Pero a estos les importa un rábano los obreros y su situación.



1. Parte de una premisa muy jesuitica: Ya se sabe, allí donde haya burgueses habrá también obreros, porque ésta sí es una pareja indisoluble. En el marco del 50º aniversario de la creación de ESADE". Es falso. Es indisoluble. Esperemos que algun dia hay obreros sin burgueses. Es una gran mentira que siempre tengan que existir patrones, amos, jefes. Puede haber y ya la ha habido una sociedad sin jefes.


1. Lapsus de un burgués. Se olvida el cronista del País, Enric Company, explicar cuántos obreros y quienes, fueron asesinados a tiros por la policía. Nos dice que en Cataluña en la época franquista, en la Seat hubo "algún obrero asesinado a tiros por la policía". Un periodista debe informarse. No se habla de algún obrero asesinado, como si fueran moscas. No da igual que fueran tres, cuatro o una docena. Sabemos que en Vitoria hubo cinco, en 1975, porque el pueblo no lo olvida, los homenajea, y los recuerda. Se les nombra y se les recuerda. Este desprecio y falta de información y documentación, pues no sólo en Seat mataron a obreros, es patético en un artículo de elogios a los sindicalistas. Y todavía más patético cuando el cronista, nombra a los patrones y directores de instituciones, gente intrascendente.


  1. El cronista elogia a ESADE y IEL (instituto de estudios laborales). Esa si que una pareja jesuítica. Típica de manipuladores y controladores sociales. Crean una empresa para formar ejecutivos y otra para líderes sindicales. Vomitivo.


  1. El cronista nos cuenta, como ejemplo de hermanamiento de obreros y patrones, que los sindicalistas de Seat regalaron un adoquín a las instituciones oficiales y demás representantes patronales. Ahí estaban todos, Generalitat, Esade, IEL, etc. El periodista que no sabe los nombres de obreros muertos en lucha, ni cuantos , ni nada, se sabe de carretilla todos y cada uno de los representantes directos o indirectos de la patronal. En fin una vergüenza.


  1. El periodista considera que el sindicalismo está mejor. Está mentira ya no se la cree nadie. ¿Están mejor porque tienen televisión y coche y los sindicatos regalan adoquines a empresarios y reconocen el trabajo de ESADE? Seguramente los derechos de los trabajadores están mejor para jesuitas y patrones, sobretodo los derechos casi nulos de los millones de parados. Han reducido el sindicalismo a negociadores y y a regalar adoquines de Seat a los patrones, en recuerdo de luchas y métodos de lucha que ya nunca más volverán a realizar. El gran progreso es convertir el adoquín en regalo. Un regalo simbólico de los obreros: las armas y luchas contra la patronal de hace unos años, ahora se las regalan con el olvido de unos obreros muertos de propina. Se acabó tirar adoquines. Ahora los payasos sindicales no se les ocurre otra cosa que regalarlos a los patronos entre champagne, aplausos y homenajes entre ellos y apretones de mano.

  2. Dice Enric Companys que las conquistas de los obreros no se deben a ningún regalo. Es completamente al revés. No hay conquistas sindicales sino domesticación. Y a los perritos obedientes siempre se les da algún regalito. Así se educa en España. Si uno se porta bien y es obediente, los reyes magos le llevan regalos. ¿Como puede hablar de conquistas y mejoras sindicales? ¿Es que existe sindicato de periodistas en El País? Si ya casi no existen sindicatos, solo existen unos cuantos negociadores que no paran de hacer regalos a los patrones. Eso si lo sabemos porque lo vemos. Es notorio y público. Lo que no vemos son los regalos que la patronal y gobierno hacen a los negociadores sindicales y a los sindicatos domesticados, los de CCOO y UGT.




Ya se sabe, allí donde haya burgueses habrá también obreros, porque ésta sí es una pareja indisoluble. En el marco del 50º aniversario de la creación de ESADE, la escuela para la formación de empresarios y ejecutivos, ha podido apreciarse una interesante visión de esta relación de pareja: los dirigentes del movimiento sindical clandestino de la empresa Seat en las décadas de 1960 y 1970 rindieron público homenaje a la acogida, protección e incluso formación que recibieron durante la dictadura franquista en la institución docente de sus adversarios de clase, como dijo uno de los propios sindicalistas.

la cosa tiene su miga. ESADE surgió hace medio siglo, en plena dictadura franquista, como encargo de un grupo de empresarios barceloneses a la Compañía de Jesús para disponer de una escuela de alto nivel donde formar a sus retoños y a sus cuadros dirigentes. Pero resultó que pocos años después, al mismo tiempo que escuela de futuros dirigentes empresariales, ESADE era también refugio para la vanguardia del activismo sindical de aquella izquierda.

El nido de los sindicalistas en ESADE fue el Instituto de Estudios Laborales (IEL), creado en 1967 por el jesuita Juan N. García-Nieto y el sociólogo Alfonso Carlos Comín. En la declaración de principios que anima a ESADE desde su nacimiento figura que su misión es formar directivos empresariales para que sean "profesionales competentes y personas responsables socialmente". Lo recordó el director de ESADE, Carlos Losada, en el emotivo acto al que acudieron varias decenas de los sindicalistas de Seat que, encabezados por Carlos Vallejo y Silvestre Gilaberte, han querido dejar constancia de su agradecimiento por la ayuda recibida cuando eran ferozmente perseguidos por la dictadura. No era un juego de niños. Hubo cárcel, tortura, exilio y algún trabajador de Seat muerto a tiros por la policía, recordaron.

Eran los tiempos del sindicalismo vertical controlado por la burocracia falangista, que en la década de 1960 comenzaba a ser desbordado por la izquierda clandestina, en particular la comunista en sus varias escisiones. Y García-Nieto y Comín, que fueron también animadores principales de la plataforma Cristianos por el Socialismo y de la Organización Comunista de España-Bandera Roja, consideraban que por "responsabilidad social" debía entenderse en aquel momento la interlocución con el sindicalismo no domesticado por el franquismo. Apoyaron las entonces nacientes Comisiones Obreras, que pronto serían el principal sindicato del país, y el diálogo de éstas con algunos de los más destacados empresarios catalanes del momento, como Pere Duran Farell, por ejemplo.

El agradecimiento de los sindicalistas se materializó en forma de un diploma y un adoquín de la factoría Seat de la Zona Franca que Vallejo y Gilaberte entregaron al actual director del IEL, Carlos Obeso, en presencia de la consejera de Trabajo, Mar Serna, y del secretario de Relaciones Institucionales del Gobierno catalán, Josep Vendrell. "La década de 1960 fue un tiempo de claroscuros, y el IEL fue uno de los claros", dijo Serna, además de felicitar a ESADE por mantenerlo y por seguir impulsando la responsabilidad social de la empresa. Vendrell recordó también que lo que ahora parecen gestos no muy relevantes, como prestar locales para reuniones a unos sindicalistas, era delito durante la dictadura. Y que los derechos de que ahora disfruta el país, entre ellos los sindicales, "no fueron regalo de nadie", sino "una contribución esencial de los que sin embargo son los peatones de la historia, los trabajadores".


CRÓNICA: LA CRÓNICA

Los viejos sindicalistas no olvidan

ENRIC COMPANY 01/05/2008

Ya se sabe, allí donde haya burgueses habrá también obreros, porque ésta sí es una pareja indisoluble. En el marco del 50º aniversario de la creación de ESADE, la escuela para la formación de empresarios y ejecutivos, ha podido apreciarse una interesante visión de esta relación de pareja: los dirigentes del movimiento sindical clandestino de la empresa Seat en las décadas de 1960 y 1970 rindieron público homenaje a la acogida, protección e incluso formación que recibieron durante la dictadura franquista en la institución docente de sus adversarios de clase, como dijo uno de los propios sindicalistas.

La cosa tiene su miga. ESADE surgió hace medio siglo, en plena dictadura franquista, como encargo de un grupo de empresarios barceloneses a la Compañía de Jesús para disponer de una escuela de alto nivel donde formar a sus retoños y a sus cuadros dirigentes. Pero resultó que pocos años después, al mismo tiempo que escuela de futuros dirigentes empresariales, ESADE era también refugio para la vanguardia del activismo sindical de aquella izquierda.

El nido de los sindicalistas en ESADE fue el Instituto de Estudios Laborales (IEL), creado en 1967 por el jesuita Juan N. García-Nieto y el sociólogo Alfonso Carlos Comín. En la declaración de principios que anima a ESADE desde su nacimiento figura que su misión es formar directivos empresariales para que sean "profesionales competentes y personas responsables socialmente". Lo recordó el director de ESADE, Carlos Losada, en el emotivo acto al que acudieron varias decenas de los sindicalistas de Seat que, encabezados por Carlos Vallejo y Silvestre Gilaberte, han querido dejar constancia de su agradecimiento por la ayuda recibida cuando eran ferozmente perseguidos por la dictadura. No era un juego de niños. Hubo cárcel, tortura, exilio y algún trabajador de Seat muerto a tiros por la policía, recordaron.

Eran los tiempos del sindicalismo vertical controlado por la burocracia falangista, que en la década de 1960 comenzaba a ser desbordado por la izquierda clandestina, en particular la comunista en sus varias escisiones. Y García-Nieto y Comín, que fueron también animadores principales de la plataforma Cristianos por el Socialismo y de la Organización Comunista de España-Bandera Roja, consideraban que por "responsabilidad social" debía entenderse en aquel momento la interlocución con el sindicalismo no domesticado por el franquismo. Apoyaron las entonces nacientes Comisiones Obreras, que pronto serían el principal sindicato del país, y el diálogo de éstas con algunos de los más destacados empresarios catalanes del momento, como Pere Duran Farell, por ejemplo.

El agradecimiento de los sindicalistas se materializó en forma de un diploma y un adoquín de la factoría Seat de la Zona Franca que Vallejo y Gilaberte entregaron al actual director del IEL, Carlos Obeso, en presencia de la consejera de Trabajo, Mar Serna, y del secretario de Relaciones Institucionales del Gobierno catalán, Josep Vendrell. "La década de 1960 fue un tiempo de claroscuros, y el IEL fue uno de los claros", dijo Serna, además de felicitar a ESADE por mantenerlo y por seguir impulsando la responsabilidad social de la empresa. Vendrell recordó también que lo que ahora parecen gestos no muy relevantes, como prestar locales para reuniones a unos sindicalistas, era delito durante la dictadura. Y que los derechos de que ahora disfruta el país, entre ellos los sindicales, "no fueron regalo de nadie", sino "una contribución esencial de los que sin embargo son los peatones de la historia, los trabajadores".

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