viernes, 16 de marzo de 2007

Contra el Papa Nazinger, y su cruzada




El Papa inició su cruzada contra laicismo, el aborto, la eutanasia, los divorcios, la homosexualidad y exige a sus soldados una lucha ideológica incondicional contra los gobiernos progresistas. Léase España e Italia.

Se diría que estos calores invernales han calentado la sangre de los apacibles Nazinger, de Rajoy y de los altos cargos del PP y de la Curia Vaticana. Los pobres quieren rehacerse volviendo a los valores de antaño, a los valores de los padres y abuelos que dominaban autoritariamente Europa.

Esta cruzada y las manifestaciones patéticas y carnavaleras del PP en lucha contra fantasmas, además creados por ellos mismos, es esperpéntico, goyesco y pitoresco. hombres de bien, a combatir el mal.

Nazinger exhorta a sus curas soldados a predicar a favor de la familia, la Eucaristía, la misa en latín, la educación cristiana y contra los gobiernos que impidan a sus curas educastrar a los jovencitos.

Este Inquisidor Nazinger, que no se puede olvidar de su anterior Santo Oficio de Inquisidor, la semana pasada excomulgó a Jon Sobrino, y al movimiento de la teología de la liberación que pretende acercar la Iglesia a los pobres.

Nazinger no quiere a los miserables, le gusta la compañía de Putin, dictadores, criminales de guerra, a los ricos del mundo, a los de sus categoría.

El Inquisidor Razinger, ahora camuflado de Papa, después de hacer trampas en las elecciones a Papa, ahora se suma al bando de los intolerantes que niegan el diálogo.

El Papa afirma que los divorciados y vueltos a casar no pueden recibir la Eucaristía, y predica la vuelta a los valores preconciliares: la misa en latín, en vez de las lenguas locales, y el canto gregoriano.

Este inquisidor pretende dominar y busca el protagonismo a nivel mundial.

El Papa inquisidor está a punto de crear un cisma dentro de los católicos, lo cual me parece bien. A mi mujer nunca le ha gustado este nazi de sonrisa hipócrita. Yo, que no soy creyente, me parece que la Iglesia que detesto, tenga un Papa elegido con trampas, sectario, doctrinario, autoritario, y algo idiota. Es mejor este tipo que alguien especial , con carisma y con una personalidad que atrae.

Así que con estos tipos mediocres Bush, Aznar, Nazinger, puede empezar el crepúsculo de los fachas, y aire nuevo para el mundo.

Podemos comparar el Papa y la iglesia católica al PP. El PP esta a punto de provocar una separación entre españoles (los de bien, según Aguirre, contra los que apoyan a la ETA, evidentemente los malos, según Aguirre.). Al final provocará la escisión entre los del PP.

Así como Rajoy, el Papa Nazinger busca el protagonismo y el poder.

Así estos dos miserables RA-Ra (Razinger y Rajoy) despiertan a sus feligreses y les incitan a la cruzada, cada movilizando a sus filas, y reclaman la vuelta a los valores de la Edad Media, a los viejos tiempos dictatoriales.

La cruzada de los durmientes. Rajoy no debe haber encontrado ningún generalote con vocación de salvapatrias, que se crea las chorradas de Rajoy que la patria está en peligro, que hay que volver a los regimenes anteriores .

Felí d’Empordà




La cruzada Papal


“Hemos tratado de recordar algunas cosas para decir que el Mundo no puede llamarse a engaños, y sobre todo, las respetables religiones, distintas al cristianismo imperial, profesadas por grandes mayorías del Planeta, tienen que ponerse en guardia: Viene Nazinger, como si fuera Mazinger Z, intentando acabar con cualquier fé que no sea la fé de su Doctrina.

El adorable Papa lanzó recientemente un zarpazo en esa dirección, y ahora quiere escurrir el bulto. Esa es una práctica favorita del clericalismo: “tirar la piedra y esconder la mano”. Hay un despliegue de la diplomacia vaticana para intentar echarle tierra a las infelices declaraciones de Nazinger en contra del Islam. Habló Nazinger de “Terrorismo islámico” esta blasfemia intenta hacer olvidar que fue precisamente en el Vaticano donde nació la Mafia como organización criminal, y nació el terrorismo con fines genocidas para extender su hegemonía.

Estamos pensando que ha llegado la hora en que el Vaticano comience a ejecutar su política de cristianismo imperial dentro de su pequeño enclave. Nazinger tiene que recoger la cabuya. Ya que se quitó su disfraz de “Caperucita Roja” y como lobo feroz arremetió en contra del Islam, con el mismo procedimiento con que arremetió desde las sombras, en contra del Comunismo, y más allá de decir que no quiso decir lo que dijo (recordando a Cantinflas) Nazinger tiene que comenzar a respetar el derecho que tienen los seres humanos de ser felices con su propia fé, aunque esa fé no sea la fé de su Cristianismo Imperial.

Sería hasta lícito recordarle a Nazinger que él fue elegido por una cúpula controlada por la cofradía ultra conservadora del Opus Dei, decididamente defensora a ultranza del cristianismo imperial. Sería bueno decirle al pontífice qué comprendemos su adhesión a la globalización neoliberal del sistema capitalista cristalizado por Imperio, pero le rogamos por Jesús de Nasareth, que comprenda él también nuestro derecho a no estar de acuerdo con lo que opina su santidad. Entre otras cosas, debería recordar el santo padre, que los centenares de millones de fieles creyentes de la tradición judeo cristiana no votamos ni fuimos consultados para su elección como Papa; de habernos preguntado nuestra opinión, con toda seguridad no hubiésemos votado por usted.

Por Cristo su santidad, respete la fé de toda aquella abrumadora mayoría que no profesa su fé del cristianismo imperial.”


Iglesia Católica con viraje a Edad Media

Roma / EL PAÍS

El Papa exige activismo y ortodoxia a los obispos, a los políticos católicos y a los creyentes de a pie. Ciertas cuestiones, dice, “no son negociables”. Y las enumera: “La defensa de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos”.

Los políticos católicos están obligados a oponerse a las leyes que no se ajusten a su doctrina religiosa, y los obispos están obligados a exigírselo “constantemente”. Benedicto XVI confirmó el martes, con un importante documento, su ánimo combativo y su voluntad de situar la Iglesia en el centro del debate público y de recuperar un protagonismo perdido en Europa hace décadas.

El último Sínodo de los obispos, la más trascendental de las asambleas católicas “regulares” --los concilios son algo muy excepcional--, se celebró en Roma en octubre de 2005. Fue el último Sínodo presidido por Juan Pablo II. Las aportaciones de 256 obispos de todo el mundo se “destilaron” durante año y medio y fueron publicadas el martes en una exhortación papal titulada Sacramentum Caritatis (El sacramento de la caridad).

Eran 131 páginas que suponían un trabajo colectivo, pero reflejaban la personalidad y los objetivos del pontificado de Benedicto XVI, menos místico que el de Juan Pablo II. El nuevo Papa es más filosófico y, en ese sentido, más “político”.

La Eucaristía constituye el eje central del texto, que se extiende a numerosas cuestiones doctrinales, pastorales y litúrgicas. Llama la atención, sin embargo, el énfasis en cuestiones políticas de relevancia muy europea.

La distinción de facto entre la conciencia privada y las cuestiones públicas, que tras el Concilio Vaticano II permitió que numerosos países de la esfera católica legislaran sobre divorcio y aborto, es considerada incoherente. El culto a Dios, dice el Papa, “nunca es un acto meramente privado: al contrario, exige el testimonio público de la propia fe”

Cero permisividad

Ese es un mensaje dirigido a la clase política italiana, que discute sobre la posible regularización de las parejas de hecho, y a los parlamentos de los países socialmente más permisivos. Como España. No hay ninguna novedad doctrinal, pero es nuevo el tono.

Los términos utilizados por el Osservatore Romano, el diario oficial del Vaticano, para condenar una manifestación realizada el sábado en Roma a favor de la ley de las parejas de hecho, son una prueba adicional de la virulencia con la que la Administración Católica se propone librar las batallas que considera irrenunciables. El diario habló de “discutible mascarada”, “exhibición histérica” y “carnavalada”

Papa homofóbico

Lo que más irritó al Vaticano fue la presencia de homosexuales en la manifestación. El editorialista del Osservatore consideró que esa presencia probaba que cualquier ley sobre parejas al margen del matrimonio, era un punto de partida para los matrimonios homosexuales.

El cardenal Angelo Scola, a quien correspondió presentar ayer la exhortación papal, se esforzó en asegurar que no existía en la Iglesia “ninguna fobia contra los homosexuales”. Y subrayó que las declaraciones de los obispos en contra del proyecto italiano sobre parejas de hecho no constituían “una injerencia política”, sino “una obligación magisterial”.

La exhortación Sacramentum Caritatis se ajusta al espíritu programático del pontificado. El Papa considera que décadas de laxitud católica han permitido la promulgación de leyes “socialmente corrosivas”, y exige un cierre de filas. Quiere que la Iglesia no se defina por el número de fieles, sino por la calidad, concienciación y activismo de los mismos

Aborto “innegociable”

Para él, el catolicismo debe reflejarse de la misma forma en el silencio de la reflexión previa a la Eucaristía y en el fragor de los debates públicos. El término “innegociable”, aplicado a cuestiones como el aborto, la eutanasia, el divorcio, las uniones homosexuales o la enseñanza católica, resulta significativo.

El cierre de filas va unido a un cierto repliegue hacia valores preconciliares, como la misa en latín y el canto gregoriano. El recordatorio de que los católicos divorciados y casados de nuevo no pueden recibir la Eucaristía, y deben esforzarse en compensar su situación irregular con “penitencias y obras de caridad”, complementa un cuadro a la vez regresivo y, en un sentido político, “revolucionario”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues estoy de acuerdo con el papa, que la judeo-masonería nos esta llevando por mal camino. Ojala declare cruzada Santa y le quitemos tierra santa a los circuncisos que mataron a Jesús. Tierra santa debe ser de los cristianos. Y Promulgue la santa inquisición para eliminar a los gays, borrachos ladrones y toda persona adoradora del diablo.