jueves, 15 de febrero de 2007

El derecho legítimo y necesario a la denuncia de los abusos de poder.



Las denuncias del defensa Oleguer Presas a los despropósitos e injusticias de la Audiencia Nacional no sólo son un derecho legítimo e inviolable, sino que también un deber de todo ciudadano.

El jugador Oleguer no sólo es un buen defensa del Barça, sino que también un buen defensa de los derechos y libertades de todos los ciudadanos de España. Gracias a Oleguer, podemos seguir diciendo, que el Barça es más que un Club, y que los jóvenes deportistas no sólo nos representan en el terreno deportivo y en el imaginario como pueblo, sino que también en nuestra lucha por los derechos y contra las injusticias.

El insulso e insípido Joan Laporta debería saber que el derecho a la denuncia es una de las bases fundamentales de nuestra civilización occidental.

El derecho a la libertad de expresión y a el cuestionamiento de los abusos de los poderes están por encima de los negocios de empresas como Kelme o de políticas empresariales y de imagen del Club Barça, y de las estrategias de partidos de extrema derecha, como el PP.

La declaración de los derechos humanos proclama el derecho de expresión, de denuncia e incluso de rebelión contra los abusos de los gobernantes. Y no solo proclama el derecho a oponerse a los gobernantes corruptos , sino que proclama el deber a denunciar y a oponerse a poderes abusivos e injustos.

Vean la declaración de los derechos humanos, es decir, los genuinos y auténticos valores de Occidente:
- El derecho a la rebelión y a la revolución. Pág. 408. Els drets de l’home, Ed. Laia, 1947

“En el supuesto de que el gobierno de su país no cumpla los principios fundamentales de justicia y no respete los derechos fundamentales del hombre, de manera que no pueda corregir estos abusos por caminos pacíficos, el hombre tiene derecho a establecer un gobierno que esté más acorde con la justicia y la humanidad”

En la declaración de los derechos humanos del año 1793, el derecho a la rebelión es más explícito, y se presenta no sólo como derecho, sino como deber ciudadano.

Artículo 35

"Cuando el Gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es, para el pueblo y para cada porción del pueblo, el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes"

Son leyes imprescriptibles, que no pueden cambiar por mucho que los reinos de España y Gran Bretaña, y los EE.UU. insistan en designar terroristas a los resistentes y manifestantes, y en considerar ilegales a los independentistas, y en presentar como gente de bien a los políticos corruptos y delincuentes, imputados a diario en robos y crímenes y liberados seguidamente.

Por tanto, la simple denuncia de Oleguer a los despropósitos de la Audiencia Nacional, no sólo es un derecho sagrado, sino la obligación de todo ciudadano.

Oleguer no sólo es un buen defensa lateral derecho, sino que también un excelente defensor de los derechos de los ciudadanos de las embestidas y ataques de los conservadores y franquistas.

Felí d’Empordà


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